El humo del penúltimo cigarrillo de la cajeta me perseguía por aquella estrecha calle, el armónico silencio marcado por el caminar de la gente me hizo caer de nuevo
Cai de nuevo en las garras de aquella mentira, aquella mentira en la que estabas a mi lado, caminando juntas de la mano, aquella mentira donde aún podía pararme en medio de la calle y darte un beso, donde seguramente tu te ponías roja y me dabas un golpe en el brazo, aquella mentira en la que te seguía amando
He de admitirlo, no estoy enamorada de ti, al menos no después de estos años, pero el recuerdo reprimido de todas aquellas emociones me hacen sentir cosas que, aún con mi capacidad escritora, no soy capaz de describir
Lo dije en su momento, pero ni yo misma era consciente de todo lo que te quería, de todo lo que significabas para mí. Desperdicié un año que se fugó entre las rejas del silencio, de aquel frío y metálico silencio que sólo tú sabías pronunciar
Ahora mientras camino imagino tu sonrisa, pero la sonrisa que en su momento me hacía sentir mariposas ahora deja un vacío en mi estómago, un vacío qué todavía no se como llenar
Supongo que ese es el problema de mi forma de ser, reprimo tanto las emociones que aún olvidadas me siguen atormentado
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