lunes, 5 de agosto de 2019

Epifanía de una noche de verano

Y bajo la luz de las estrellas, con la compañía del silencio que reinaba sobre la noche y el humo de aquel cigarrillo que se consumía bajo la saciedad de las 3 de la mañana, pensé en ti

No pude evitar reírme cuando recordé aquella frase "Desde el primer momento en que nos vimos, tus dos aceitunas se bañaban en un negro café de la plaza de Bilbao", de verdad, ¿Quien en su sano juicio compara los ojos de una chica con dicho fruto?

Pero aún entre risas mi corazón comenzó a palpitar, el escaso tiempo que había pasado desde que nos conocíamos me resultaba difícil de creer, no obstante, eso nunca había sido obstáculo para aprender a fundirme con las palabras que pronunciabas

Realmente me desvelaba más que el café

Una luz se enciende en el piso de abajo, interrumpiendo los interminables suspiros que sólo tú sabías hacerme pronunciar y arrojando el pitillo sobre una de las cornisas vuelvo deprisa a mi habitación, para encender el teléfono y ver dos mensajes nuevos, dos mensajes tuyos

Nunca lo he pensado, pero si esto es a lo que llaman destino, estoy segura de que podría llegar a creer en el


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