No hace poco he tenido que recurrir a uno de esos textos sobre el autodescubrimiento y aprendizaje tan bonitos pero monótonos como ellos mismos
El ejemplar en particular es un escrito de Paulo Coelho llamado "Lo que he aprendido en la vida", el cual recomiendo encarecidamente por la veracidad de gran parte de sus afirmaciones. No obstante textos y frases como las expuestas por el autor en su momento, se han convertido en lo que actualmente tachamos de cargante. Ya sea por su prolongada exposición en las redes y la capacidad de las personas para asfixiar escritos tan bellos repitiendo y parodiando estos hasta el punto de que aburren, cada vez hay menos espacio para ideas originales y, por tanto, aún menos para las propias
Y es que es más común de lo que creemos oír eso de "He aprendido a amarme a mi mismo antes que a los demás" o "He aprendido que hay quien no me merece" y su sinfín de variedades que la gente tiende a compartir al unísono en su redes sociales. No olvidemos tampoco el famoso "La vida me ha enseñado..." que no ha tardado en volverse una de mis frases más odiadas hasta la fecha
Si de una cosa estoy segura es que aprender, aprendes por ti mismo, eso seguro, pero la vida tiene cosas mejores mejores que hacer que posponer todo lo que esta conlleva para darte lecciones. Es inevitable aprender de ella y somos afortunados de tener un modelo tan severo como paciente, pero es importante pararse a recordar que somos nosotros los que giramos en torno a ella y no al revés.
La vida es una maestra inenarrable y aprenderás más de los obstáculos que ponga en tu camino antes que de ella misma.
Así que, antes de hacer una lista interminable con las cosas que he aprendido o me han enseñado, prefiero dedicar las siguientes líneas a enumerar todo aquello que todavía desconozco
A mis casi 18 y aún no he aprendido a aceptarme a mi misma, no porque este desconforme con mi actitud o mis valores, sino porque me niego a aceptar que la versión actual de alguien pueda ser la mejor. Lo dijo John Henry Schwarz en su momento con la teoría de cuerdas, que explicaba que todo estaba hecho de partículas unidimensionales que vibraban para dar forma al universo; lo mencionó Nicolás Copérnico cuando descubrió que los planetas giraban sobre si mismos y alrededor del sol y lo repitió Newton cuando enunció la Ley de gravitación universal donde nos vemos en constante atracción hacia la tierra por la inmensidad de esta
El universo está en constante movimiento y, por consiguiente, en constante cambio. Me niego a pensar que tan solo podemos aprender una cosa a la vez, me niego a creer que existe un límite para el conocimiento o fronteras para los avances. Es irresistible sucumbir a los encantos de un "Ya está" o "Es así porque sí" y dedicar el resto de nuestra agenda a no comernos la cabeza, pero, como dijo Arthur C. Clarke:
"Lo que hoy ha empezado como ficción, mañana será terminado como reportaje"
Definir es limitar y las grandes incógnitas como el amor, el universo, la felicidad o la vida misma son conceptos tan inefables como ilimitados. Hablando de forma ideológica, aunque sea y será imposible saberlo todo, merece la pena curiosear en aquello desconocido y no dejarnos condicionar por un "Ya lo he aprendido" o "Esto ya me lo han enseñado"
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