No voy a comenzar esta carta con un hola, al igual que
tampoco usaré palabras dulces ni daré buenos consejos, porque tanto tú como yo
sabemos que somos realmente malos cumpliendo lo que decimos, supongo que esta
es una de las cosas que nunca cambian a lo largo de os años… a veces podemos ser la persona más indecisa
del mundo, pero aun así siempre he estado segura de ti, segura de mí, segura de
nosotras
Sigo buscando por todas partes una meta a seguir, y creo en
eso consiste vivir, no en marcarse un objetivo y perseguirlo sino en contemplar
todas las posibilidades que te ofrece la vida y disfrutar de ellas. Lo sé, somos
impulsivas e irracionales, nos dejamos llevar por la primera idea que se pasa
por nuestra cabeza, pero si hay algo bueno que tenemos es que sabemos meditar,
sigo escribiendo cualquier historia que se pasa por mi cabeza y sigo
disfrutando de la música antigua tanto como lo haces tú ahora
Cuando escribimos nuestras fantasías tememos que se hagan
realidad, al igual que cuando amamos a alguien tememos perderle, sin embargo,
no puedo dejar de escribir… y por lo tanto no puedo dejar de amar, y ese es un
tema importante ahora, no para mí, tanto si estoy con alguien como si no, no es
algo que deba plasmar en esta carta. Sé perfectamente la de veces que te han
roto el corazón, lo poco que crees en el amor y que apenas te quedan lagrimas
para derramar, pero también sé el amor es algo inevitable en el sendero de la
vida, y menos en ti, la persona más sensible que conozco, aunque no lo quieras
admitir pedazo de cabezota…
A veces recuerdo todo lo que has cambiado en un año, todas
esas importantes decisiones que tanto tu como la gente que te rodea a tenido
que tomar, esas noches con la fina compañía de una hoja metálica, esos sueños
rotos, llenos de plegarias, esas oraciones vacías, y todas esas sonrisas que
ocultaban corrientes salinas de la noche anterior. Todos esos jueves por la
tarde, en la que ibas a una oficina llena de desconocidos para que te etiquetaran
según lo que ellos pensaban que sucedía, y bueno luego estaban ellos... aunque mejor lo dejamos para otra occasión
Pero tú lo superaste todo, sé que un corazón roto más de una
vez es difícil de arreglar, pero confía en mi si te digo que tus sonrisas
sinceras y tus pequeños “¿estás bien?” que le dedicas a cada persona de ojos
caídos es lo que hace que sigas adelante. Porque la amabilidad y la dulzura no
te hacen débil sino única. No es malo mirar atrás y llorar como hago ahora, y
es que cuando uno sacude el cajón de los recuerdos, son los recuerdos los que
terminan sacudiéndole a uno
Sigue adelante con esos ojos determinados que tanto me
gustan, te aseguro que se vienen millones de aventuras más, no te quedes en el
pasado ni vivas en el futuro, sigue el horizonte, es ahí donde te encontrarás realmente
Y recuerda, todos somos el secreto de alguien
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