lunes, 25 de febrero de 2019

El piso 16

Mi vida siempre ha girado en torno a aquel lugar mágico...

Cada domingo por la mañana, aún cuando era madrugada, las corrientes de aire que subían desde las carreteras cercanas hacían volar las faldas de mis vestidos; el ruido de la vida en la ciudad parecía una melodía que se distorsionaba con el piar de los pájaros, los cuales ahí habitaban y los miles de bloques de hormigón y cristal parecían trazos sin terminar de un cuaderno de esbozo

Pero sin duda, lo que más me gustaba de ese rincón era sentir el temblor de mis piernas al caminar por el borde de la azotea de aquel inmenso edificio, ya que era lo único que me hacía recordar que aún era humana, mi cuerpo tenía miedo, sin embargo yo no

En ocasiones, muchas de mis mañanas de diversión se veían frustradas por vecinas preocupadas por su colada o ancianos que buscaban refugio en la compañía de los alados animales que, de vez en cuando, se paseaban por la decimosexta planta de aquel sito 

Aún recuerdo la cara de mi madre cuando le pregunté que pasaba al llegar abajo, o la de mi primer novio al ofrecerle volar juntos por unos segundos antes de aterrizar, pero ninguna de las decenas de personas a las que les enseñé aquel lugar parecían entenderlo, todas preferían una cama de hospital a la belleza de aquel lugar

¿Acaso no sería mejor despedirse de todo ahí? Sobre aquella cornisa, extendiendo los brazos, en sinfonía con la anaranjada brisa del amanecer y tras un paso en falso sentir como la gravedad se apodera de tu cuerpo.¿Acaso no sería hermoso regalarles a tus ojos unos segundos de paz antes de fundirse con el asfalto?

-Existen formas menos dolorosas de morir-  dije mientras me dejaba caer - Pero seguro que no tan bellas

sábado, 9 de febrero de 2019

Decisiones

Aun recuerdo tus ojos la primera vez que me preguntaste que era aquel documento enmarcado en la pared, lo que me hizo acordarme de la conversación que tuve años atrás con mi madre:

-No creo que debas colgarlo, harás que cuando crezca se sienta inseguro consigo mismo- dijo ella

- ¿Y por qué no debería?- contesté yo- tú solías enmarcar todos mis logros y presumir con la familia de lo orgullosa que estabas

-Pero esto no es un logro hija, es una decisión- Añadió- Y el saberlo desde tan pequeño lo va a definir de por vida

Dudé por un momento y volví a mirar los papeles que se ocultaban tras el cristal de aquel porta-fotos, y con una sonrisa dije:

-Entonces estoy orgullosa de esta decisión, y de este niño. No tengo que ocultarle nada porque no es algo de lo que ni el ni yo debamos estar avergonzados- Hablé mientras te cogía en brazos- Eres, has sido y siempre serás la mejor decisión que he tomado en mi vida- Susurré a tu oído

Y en ese momento, con apenas tres meses, sin ser consciente de todo lo que se nos venía encima, sonreíste, como si tu también estuvieras orgulloso, y fue ahí cuando me di cuenta de que era imposible que me arrepintiese nunca de haber colgado tus papeles de adopción en medio de aquel extenso pasillo de lo que ahora era nuestro hogar