sábado, 14 de marzo de 2020

Relaciones intermitentes


Supongo que nunca te lo llegué a contar, pero el cartearme con alguien siempre ha sido uno de esos sueños absurdos que se tienen aún cuando uno es pequeño, es probable que todo comenzase con mi afán por los amores imposibles de época que actuaron como desencadenantes de mi pasión por la escritura y mi amor por lo romántico; supongo que nunca te lo llegué a contar, pero decenas de cartas y unos cuantos años aún siguen cogiendo polvo en mi estantería esperando a serte entregadas

No pretendo esconderlo, gran parte de ellas son declaraciones de amor y alguna otra estupidez que no tuve el valor de entregarte en su momento, pero ahora, mientras releo los centenares de palabras de más de seis años de cartas no puedo evitar fijarme en lo mucho que han cambiado el tono de las mismas, desde ñoñerías románticas que no ocupan más de media cara hasta las declaraciones de odio mas súbitas que te puedes imaginar, pasando claro está por los numerosos agradecimientos hasta la descomposición de lo que durante años hemos llamado amistad

Para ser sincera, estoy cansada, cansada que cada vez que intento hablar contigo de cuatro años de emociones reprimidas pretendas que todo sigua igual, estoy cansada de volverme loca intentando averiguar si realmente me quieres o te limitas a intentar no hacerme daño y cansada de que me digas lo mucho que te importo cuando no me lo demuestras

Por dios ______ no te importo o quizás sí, pero da igual lo mucho que sientas por otra persona, si no lo transmites, entonces no significa nada. Siento que cada vez que hago cualquier cosa para intentar acercarte más a mi acabo por alejarte, pero considero a la decepción como un mejor sustituto de la impotencia ya que si por ti fuera dudo que nos hubiésemos visto hasta pasados unos cuantos meses más... sinceramente, si me quisieras tanto como yo te quiero sabrías que disfrutarte una vez al mes no es suficiente

Pero si de algo estoy realmente cansada es de pensar siempre que todo esto es mi culpa, porque por mucho que me deteste soy lo suficientemente inteligente para saber cuando sobro y cielo, lo quieras o no, sobro en tu vida

Sí, hice cosas por ti en el pasado y sí, no dudo que no nos lo pasemos mal cuando estamos juntos (esas sonrisas tuyas son difíciles de fingir) pero no soy una persona prescindible en tu vida. Lo intenté hablar en su momento cuando mis nervios se mantenían firmes, al igual que me arde la sangre al querer hablarlo ahora, pero sé que con lo que tienes encima sumado al esta pandemia (cada vez más surrealista) y al aislamiento que la misma conlleva no es el momento para lidiar con casi un lustro de conversaciones a medias. No obstante, no hay nada más frustrante que te digan que todo sigue igual cuando, a pesar de que te esfuerzas porque así permanezca, todo cambia

Porque me aterra que cada vez que toca pulsar el botón de enviar en un mensaje tuyo mis dedos tiemblen, porque a quién quiero engañar, esto ha cambiado, ha cambiado demasiado como para seguir luchando por aquellas tardes infantiles donde nos prometíamos el universo, demasiado como para ocultar que a estas alturas he sentido de todo por ti menos amistad y demasiado como para darme el capricho de hacerte llegar esto sin consecuencias para nuestra, ya de por sí complicada, relación

Amame, olvidame, besame o dejame ir; usame como psicóloga personal sobre el césped de rosales o como consejera personal en compañía de una taza de café pero no pretendas seguir fingiendo que te importo tanto como para mantener una amistad

Creeme, ser querido por compasión es más doloroso que ser rechazado