viernes, 29 de marzo de 2019

Azabache

Aquella fría tarde de invierno, mientras esperaba a mis amigos en la oscuridad de aquel parque, la vi, la chica más hermosa que jamás había visto

El verla abrazada a sus rodillas, cos sus largos cabellos azabache colgando tras sus piernas y su voz sollozante; he de admitirlo, algo en mí se encendió en ese momento

Me acerqué, y sin decir una palabra me senté a su lado, me lanzó una mirada, tan rápida que apenas llegué a distinguir el color de sus ojos. A esa distancia podía verla tiritar, el fino jersey que la envolvía no era suficiente para calmar el gélido mar de emociones que se sumia sobre ella

Sin pararme a pensarlo siquiera un segundo, le tendí mi abrigo sobre sus hombros. Sorprendida, se aferró a las esquinas de aquella cálida prenda y me dió las gracias. Puedo jurar que el corazón me dio un vuelco al oír su voz

Era triste y melancólica, pero tan serena que no pues evitar derramar una lágrima ante tan magnífico sonido. Cuando quise darme cuenta mi brazo ya estaba posado sobre su hombro, consolandola. Dos desconocidas, llorando juntas en quella pequeña plaza de Conde Suchil


miércoles, 27 de marzo de 2019

¿Quien no soy yo?

No soy buena estudiante, nunca lo he sido; no se me da bien las relaciones sociales, y siempre he sido una negada a la hora de cuidar mis amistades. Soy un desastre, mi autoestima, al igual que mi amor propio es nula e incluso mi escritura es mediocre

No obstante, y a pesar de todo lo anterior, por un momento pensé que podría ganar; pensé que de entre los labios de Susana se iba a escapar mi nombre

Aunque, no lo hizo. Cuando vi a Peri, a Alberto entrar por la puerta mi corazón se comenzó a acelerar como nunca antes lo había hecho, porque en el fondo, muy en el fondo, una ínfima parte de mi ser tenía fe en mi. Creo que ha sido de las pocas veces que he creído en mi misma

Mis expresiones se intercalaban entre pequeñas sonrisas y una leve preocupación, mi pecho no solo dolía, sino que quemaba, sin embargo pensé que la tensión podía merecer la pena

Pero no fue así, mientras mi mente intentaba procesar la información, mis manos ya estaban aplaudiendo a mis compañeras... sin embargo, no quería aplaudir, eso significaba admitir que estaba de acuerdo con los resultados y, a decir verdad, no lo estaba en absoluto

Seamos sinceros, de que coño sirve dejar que cualquier alumno se presente, de que sirve dar ilusiones, esperanzas de que las marcas no lo son todo, si al final van a acabar escogiendo por nota. No estoy diciendo que mi presentación fuese la mitad de buena que la de mis compañeras, conociéndome no lo fue, pero es inevitable querer alcanzar lo inalcanzable

"Por presentarte no pierdes nada" Dije, y una mierda, no merece la pena arriesgarse si acabo como estoy ahora

Ha sido un golpe bajo, lo reconozco, fue uno de esos momentos en los que la realidad me dijo a gritos que nunca tuve esa posibilidad, y por lo tanto nunca la perdí

Pensé que podía dar la talla, pensé que si apoyaba mis puntos fuertes y me esforzaba en dar una presentación a la altura de mis capacidades podría llegar a conseguirlo. No se si es por falta de capacidad o de esfuerzo, pero si hay algo que no puede cambiar son los resultados, quizás nunca he sido tan buena como pensaba....

lunes, 25 de marzo de 2019

¿Quién soy yo?



Meme Fernández Vidal

“Algo más que una estudiante de bachiller”


La descripción es la forma más rápida de definición, sin embargo en 3 minutos resulta casi imposible

Si se trata de contar cosas sobre mi, supongo que mis amigos hablarían de mi sonrisa o mi energía por las mañanas, mi familia en cambio me describiría como alguien responsable y madura. Mis profesores destacarían la pasión con la que realizo cada trabajo o incluso las libertades creativas que tomo a la hora de realizar proyectos

Pero esta exposición no trata de como te ven los demás, sino de cómo te ves a ti mismo, así que ¿Quién soy yo para mí? , podría comenzar destacando mis habilidades a la hora de escribir, o lo mucho que me gusta editar vídeos y hacer fotos; podría hablar de algunas de mis cualidades como la independencia o el control emocional, e incluso resaltar la confianza y el entusiasmo que me caracteriza

Pero esta chica, esta estudiante promedio de 1º de bachillerato llamada Marina Carmen se define como una soñadora. Si hay algo que hace que me levante por las mañanas es la necesidad de superarme a mi misma, el descubrir mis límites e intentar alcanzarlos, nos llaman soñadores pero somos los que nos quedamos despiertos pensando en que vamos a hacer mañana

Aunque, en ocasiones, toda esa energía y pasión con la que empiezo el día se ve condicionada por mi entorno; no hay nada que me detenga más en seco que el saber que podría haber hecho más. Una mala nota en un examen, una discusión o problemas con alguna asignatura son algunos de los factores limitantes de mi personalidad

No obstante, no me detengo ahí, aprovecho ese revoltijo de emociones, esa disconformidad, para superar la gran cantidad de obstáculos que plantea mi vida, por lo que también me considero implacable a la hora de cumplir objetivos

Pero adentrémonos más en el aspecto académico, en este ámbito soy una pionera del aprendizaje, a lo largo de mis estudios las notas han acompasado a mi esfuerzo como se puede ver el mi nivel sobresaliente de inglés o la gran mejora de la media a lo largo del curso

Aunque mi verdadera personalidad no se refleja en las notas, o los proyectos, mi verdadera personalidad se plasma en la curiosidad, en las ganas de aprender y el descubrir el por qué de las cosas

¿De qué sirve estar horas pegado a un libro si lo que hay en sus páginas no te interesa lo más mínimo?

Y es que, para mi, este es el verdadero sentido del aprendizaje, no memorizar un tema y repetirlo en el examen, sino ser uno mismo el que indague y explore las posibilidades que ofrece una asignatura

En conclusión, ya sea por mis aptitudes personales, por el aspecto académico o por la definición que doy a la palabra aprender, el proyecto becas de Europa está hecho para mi

lunes, 18 de marzo de 2019

Cansada de soñar

Últimamente me cuesta disfrutar de la compañía de otros, no es que me desagrade, ni mucho menos; simplemente me parece agotadora. Supongo que es una de esas fases por las que todos pasamos alguna vez en la vida, a fin de cuentas no es la primera vez que esto sucede; no obstante estoy bajando la guardia

Antes un día malo podía pasar desapercibido entre una sonrisa forzada o tras una conversación animada, pero ahora esas sonrisas se han transformado en horas perdidas de sueño y noches en vela; las animadas conversaciones que solía tener actualmente se limitan a meros "ajá" intercalados con sorbos de café mientras escucho el día a día de mis conocidos

Me gustaría pensar que este nuevo comportamiento se debe a el estrés de una semana plagada de trabajos o a las numerosas discusiones que tengo conmigo misma, pero no es así. Joder sencillamente no, no puedo, estoy cansada de comportamientos que rozan la estupidez, de charlas superficiales, de notas, de puntuaciones para cada aspecto de mi vida; porque sencillamente no me importa, no me importa la relación que tienes con esa chica tan guapa de tu oficina, no me importa tu última nota de la universidad y me importa aún menos como te quede ese jersey

Quizás esté siendo una borde, o una egoísta, pero si tu único deseo cuando te levantas por las mañanas es rezar para que el día acabe pronto, significa que hay algo que no estás haciendo bien. Tampoco es tan difícil tratar conmigo, puede que tienda a evadir los temas que involucren a mi salud o a mi estado de ánimo, pero creo que es bastante obvio cuando no me apetece lidiar con nadie (basta con meterse en mi blog y leer mi última entrada)

Aunque claro está me siento una hipócrita, no quiero que nadie lidie conmigo pero no puedo evitar preocuparme por los demás. Creo que en el fondo pienso que no lo merezco, soy una idiota con problemas de autoestima, ¿De verdad alguien que le da tantas vueltas a todo, que prefiere evitar a enfrentar el día a día merece gente así a su alrededor?

En fin, supongo que hoy no es mi día; a fin de cuentas todos tenemos días malos

viernes, 15 de marzo de 2019

Masoquismo emocional

He de admitirlo, era tentador...

Era un viernes cualquiera, hasta ahora no había sido un viernes malo, sin embargo, el cansancio me inundaba. Era curioso, el día anterior había dormido más de ocho horas, pero aún así, a cada paso, mi cuerpo se hacía cada vez más pesado; la cabeza me daba vueltas, pero no me sentía enferma; mis labios sonreían, sin embargo, por dentro tan solo había un sentimiento mohíno y desgastado

Esta sensación culminó en la eucaristía del mismo día, en el momento en el que nos ofrecieron la oportunidad de confesarnos. Nunca he creído en Dios, o en la iglesia, pero el imaginándome hablando con alguien sobre mis preocupaciones, sobre mis cagadas, que las palabras ahí presentes solo quedaran entre nosotros y que encima no tengan otra opción que perdonarme, joder... era superior a mis fuerzas

Como ya he dicho antes, no era un día malo, tampoco bueno, ¿Cómo explicarlo? Aquel día era como ver secar pintura, aburrido, extremadamente aburrido y mentalmente agotador, la tentación de acercarme y hablar de lo exhausta que estaba de todo, sencillamente me podía. Me podía el hablar sobre mis preocupaciones sin necesidad de filtros, sin necesidad de las barreras sociales que imponemos en las conversaciones y sin necesidad de ocultar que, en el fondo, me sentía como una mierda

No obstante no me levanté, me quedé ahí sentada, filosofando sobre cualquier otra cosa, rechazando la oportunidad de desahogarme, y a día de hoy no comprendo porqué lo hice, creo que en el fondo soy una masoquista emocional