martes, 25 de agosto de 2020

En el amor y la guerra

 Para las personas empáticas, una declaración de amor es similar a una declaración de guerra. Es una de esas situaciones que aunque se pueden deducir por el contexto, como un paseo nocturno por el parque, una buena cena con velas o una despedida fugaz en un portal tras una tarde juntos; suelen tomarte tan de sorpresa que te dejan indefenso ante semejante ofensiva emocional

Para las personas empáticas, una declaración meditada y recíproca, de esas tan cursis en las que se para el mundo y el corazón comienza a bombear sangre apresurado, provoca una sensación semejante a tocar el cielo, en especial si el amor es correspondido. Pero tratándose de sentimientos, rara vez ocurre que la cabeza se antepone a las vísceras...

¿Acaso estar enamorado no es una de las sensaciones más amargamente dulces que existen? 

En más de una ocasión he sido tachada de romántica por defender a las parejas que caminan de la mano o la los adolescentes que buscan entre caricias y besos la compañía del otro, porque las personas empáticas somos conscientes de que luchar contra el amor es una batalla perdida

Y es que aún no he conocido a nadie más enamorado del amor que quien lo está

Para las personas empáticas, recibir una declaración no correspondida es parecido a divagar en una campaña naval sin armas para defenderse, a quitarse las emociones una a una y sentir el desnudo que un "me gustas" conlleva 

Quizás sea por eso por lo que las personas empáticas tienden a cambiar de tema, o a deducir que se enfrentan a una broma de mal gusto; porque son tan conscientes del dolor que implica un sentimiento no correspondido que prefieren esconderse en las trincheras de las escusas antes que enfrentarse a las granadas de fragmentación que suponen las declaraciones 

Quizás sea por eso por lo que tardé en reaccionar o preferí dejar tus sentimientos a un lado y continuar nuestra tarde juntos como solíamos hacerlo; quizás le dí demasiada importancia a tus palabras o, por el contrario, las otorgué muy poco; pero cuando acorralas a un soldado este tan solo tiene dos opciones, enfrentarse al enemigo y herirlo o afrontar su desventura y entregarse a las consecuencias

La personas empáticas, al preferir su propio dolor antes que causarlo, suelen escoger la segunda opción... y, para ser sinceros, yo también lo hice

Porque en el amor y la guerra, en especial si se lucha por causas opuestas, siempre hay un bando que sale perdiendo

Porque para el amor y la guerra, ambos, nunca me sentí preparada... Y tú no ibas a ser la excepción




miércoles, 5 de agosto de 2020

Lo que me gusta de ti

Es curioso como las personas son capaces de hacer sentir tanto con apenas unas palabras, de evocar con ternura recuerdos que en su momento fueron dolorosos y de devolverle a uno sonrisas melancolicas al borde de perderse en el olvido

Supongo que por eso me gustaste tanto, quizás fuese por esa capacidad única de pronunciar las palabras más pedantes sin sonar redundante o por aquella manía de adjetivar valorativamente a todos los sustantivos que se cruzaban entre tus dedos

Quizás fuera por aquellos ojos, y no me refiero precisamente a los míos, por el tono café de tu mirada y el sin fin de latidos que esta es capaz de hacerme sentir. Por esas pupilas incandescentes que han hecho que durante todos estos meses haya sido incapaz de mirar una foto tuya sin rendirme ante los sentimientos que esta conlleva y, por consiguiente, apartar la mirada avergonzada. El café, al igual que tu iris son dos de mis puntos débiles

Quizás fuera por esa actitud bohemia por la que me acabé enamorando de ti, porque al igual que sabía que jamás te apegarías a las convenciones ni al uniformismo de una vida tranquila, supe que tampoco lo harías de mi

Aunque nuestra relación probablemente se fundamentó en aquella la aversión absoluta que ambos compartíamos hacia el aburrimiento, quizás fuese por esa necesidad intrínseca de probar cosas nuevas, o en nuestro caso probarnos el uno al otro en el sentido más explícito posible, lo que terminó por dictaminar nuestros encuentros

Pero de poco sirve recordar todos esos quizás, el simple hecho de mencionarlos evoca de forma impenitente el mismo sentimiento del que por tanto tiempo he buscado deshacerme

Tarde varias semanas en dejar de acechar tus ojos entre los desconocidos que se cruzaban por las calles que solíamos frecuentar, y otras tantas en intentar no pensar en ti al menos una vez al día. Pero lo que terminó por dictaminar mi objetivo, aquel tan agotador de olvidarte, fue el dejar de recordar el sonido de tu voz

Si el simple hecho de leerte han conseguido despertar en mi sensaciones que creía olvidadas, no quiero ni imaginarme el resultado de volver a verte, de sentarme contigo a ponernos al día y derretirme entre tus palabras a la velocidad del azúcar, ese que tanto te gusta, en el café

Pero si de algo estoy segura, y encima lo considero el único motivo por el que te voy a volver a ver, es que nada volverá a pasar entre nosotros. Podría decir que es porque ya no me atraes, o porque busco a alguien que comparta mi interés por la estabilidad emocional, pero eso sería engañarme a mi misma

Sé que no pasará nada porque, aunque haya corrido el tiempo, siempre serás de las personas que anteponen un plato nuevo y exótico al calor de uno familiar

Porque eres tan incapaz de dejar de descubrir como yo de dejar de recordar

Y eso, sin duda, es lo que más me gusta de ti