miércoles, 31 de julio de 2019

Tormentas de verano




Y escondida tras los andamios de aquella construcción, abrazada a mis rodillas, escuchando los cententenares de gotas impactar furiosas contra el cristal, el miedo se apoderó de mi

Los incesantes truenos retumbaban por todo mi cuerpo y aún con el volumen de mis auriculares al máximo me sentía indefensa

El vacío de aquella calle no ayudaba en absoluto,  la soledad, el temor y la desesperanza de una tarde arruinada se acumulaban en una nube densa, tan densa que me cortaba la respiración

Fue tonces, como si de un ápice de luz se tratase, la canción I've just seen a face comenzó a sonar, la lluvia que antes devoraba el asfalto, se apaciguó, como queriendo acariciar este, los últimos rayos que rugian con la intensidad del cielo se volvieron lejanos, tendí mi mano sobre el suelo y una suave brisa se poso sobre ella; no pude evitar sollozar

Los recuerdos, las estrofas de aquella canción y el sin fin de emociones que me causaba el simple hecho de imaginarte a mi lado me dieron el coraje suficiente para retomar el camino a casa

Esa fue la primera vez que pude hacer frente a una tormenta

martes, 30 de julio de 2019

I want you, I want you so bad

Apenas había terminado el informe, cuando un leve susurro fue pronunciado cerca de mi oído. Sin pensarlo dos veces, me arrastró hacia su cama y comenzó a besarme con profundidad, a cada bocanada de aire nuestros labios volvían a juntarse, persiguiéndose con ferocidad. Enredó sus piernas a mi cintura, aumentando la fricción entre nuestros cuerpos, de tal forma que podía sentir sus pechos moviéndose al ritmo de aquella situación; mis manos se deslizaron entre su ropa, desabrochando e incluso rasgando esta. Ella seguía intentando reducir el espacio entre nosotros a lo que respondí tumbandola sobre la cama para retirar por completo aquella molesta camiseta.

Comencé a tirar de la prenda desde su cintura, a lo cual reaccionó con un leve espasmo
-Tu-tus manos… están frías- Intentaba pronunciar entre caricias
-¿Ah sí?- pregunté trás dar el tirón final- Pues calientamelas

Mi boca se dirigió directamente a su cuello, besando y devorando cada parte de este; mis manos en su lugar hacían suaves recorridos por su piel. El zig zag de mis dedos sobre la parte superior de su pelvis, la agresividad con la que me agarraba de la espalda,clavando sus uñas en mi piel desnuda, pidiendo más. 

Todas estas acciones se refugiaban en un cóctel incandescente, tanto, que puedo llegar a jurar que en cualquier momento nos íbamos a derretir. Con mi boca, retiré su última prenda íntima, a lo que ella respondió con un suave quejido para después abrir sus piernas para mi, en ese momento perdí la razón; justo a la altura de mis ojos, sus muslos temblorosos intentaban ocultar su intimidad, todo su cuerpo se movía al unísono de nuestros jadeos y su boca entreabierta acompañada de aquellos ojos suplicantes fueron demasiado para mi

Mis labios se adentraron en ella, mi lengua recorría su entrada describiendo círculos lascivos, a lo que respondió con un sobresalto, pude notarlo porque intentó cerrar sus piernas, pero mis brazos sujetaban con firmeza sus extremidades, dejándola completamente indefensa

Tras unos minutos sometida a tan intenso placer, su cuerpo acabó cediendo a la lujuria, sus dedos temblorosos agarraban con firmeza mis cabellos mientras que, con las pocas fuerzas que le quedaban, marcaba el ritmo con el que yo, por decirlo de algún modo... la complacía 

Tras un leve espasmo y un fuerte gemido, su cuerpo cayó rendido y aún entre convulsiones, sus brazos se revolvían sobre las sábanas de aquella lujosa cama de hotel

No pude evitar tumbarme a su lado, el aroma de su cuerpo esparcido por la habitación me hizo suspirar, y ella se volvió para mirarme directamente a los ojos

Mi corazón palpitaba a con profundidad, mientras las yemas de sus dedos  recorrían mi mejilla. Me acerqué para besarla, sus brazos rodeaban mi cuello, pero a diferencia del anterior, este no era un beso plagado de lujuria, era un beso tierno, demasiado inocente para la actividad que había tomado lugar hace apenas unos minutos 

No pude evitar sonreír cuando sus ojos cedieron ante el cansancio, todo en ella me encendía, me encendía hasta el punto de cabrearme

jueves, 18 de julio de 2019

La sonrisa, una labor social



No sería la primera vez que me pongo a filosofar en compañía de una taza de café, no obstante, tras años de experiencias en distintos locales y un sin fin de sabores amargos que llenan las memorias de mi paladar, me he dado cuenta de que dicha acción resulta infimamente más placentera si se acompaña con una sonrisa

No hay muchas cualidades que busque en un café, salvo la calidad de la bebida y la tranquilidad de las conversaciones que llenan el lugar; el café Robin Hood no solo cumple con ellas sino que va más allá

Como bien dicen en su eslogan "alimentamos corazones" la magia de un plato no sólo se calcula con el índole de los productos utilizados, o con la mano de obra del cocinero, sino que una comida se disfruta gracias al ambiente

No voy a mentir, la magia de este sitio se debe en parte a la casualidad por la que decidí entrar al mismo, tan solo buscaba un sitio tranquilo donde poder leer una de las novelas de Arthur Conan Doyle (Las cuales recomiendo inmensamente), sin embargo la mirada afable de las dos camareras que ocupaban el lugar hicieron que por el momento la cafetería subiese algunos puestos en mi lista de lugares favoritos

Pero lo que la llevó a competir con los grandes establecimientos fue la escena que me encontré a continuación, iba a sentarme en una de las mesas del comedor, cuando me encontré el lugar rebosante de personas, una de las camareras me acompaño a una de las mesas de la barra mientras me explicaba el porqué de que todos los sitios estuvieran colmados

"Disculpa las molestias, pero a estas horas el comedor tiene una labor social" explicó con un brillo difícil de olvidar, y tras una animada conversación de apenas dos minutos se despidió dejándome con la compañía de mi libro y un café

Apenas pude avanzar dos páginas antes de que una sonrisa se dibujarse en mi cara, las conversaciones que se escuchaban de fondo, la cálida brisa de verano que se filtraba por una de las ventanas y el amargo sabor de tan insólita bebida acompañado de una lectura acorde hicieron que no sólo mi paladar, sino todo mi cuerpo disfrutase

A fin de cuentas, la sonrisa también es una labor social

sábado, 13 de julio de 2019

Hasta que te conocí

Solía estar obsesionada con gustarle a la gente, supongo que es unas de esas facetas que no cambian, las inseguridades que me caracterizaban eran fáciles de ocultar bajo máscaras y así había sido siempre... hasta que te conocí

Empecé a dejar de un lado las opiniones, las barreras sociales, los disfraces... Empezaste a convertirte en el centro de tantas horas muertas de clase y el motivo de mis sonrisas aceleradas contra la almohada

Me arrastraste a tu pequeño juego sugerente y aún sin saber las reglas me lancé a jugar. Porque tratándose de ti nunca supe decir que no

Sigo sin creerme que hayan pasado tres años de esto

Era curioso como tus ojos se asemejaban tanto las aceleradas calles de Madrid, quizás por la facilidad de perderse o quizás por la necesidad de, de vez en cuando, desconectar recorriendo ambos

Y es que al igual que tu rostro, tu torso, tus labios y tu pelo, cada vez que te miraba descubría una nueva arista al igual que lo hago ahora caminando por esta extensa ciudad

Supongo que era porque ambos compartiais esa extraña relación, esa en la que sientes tan de cerca aún si llegar a conocer todos sus entresijos

Recuerdo con cariño todas las calles que hemos recorrido juntos, aquellas que se extendían tanto como Alcalá o esas tan reducidas en las cuales me paraba a besarte. Me es imposible no pensar en ti cuando me paro en los puestos del Retiro o paseando por el rastro en busca de una nueva adquisición para mi biblioteca

Porque me era tan difícil discutir contigo como alejarme de aquel lugar

Y eso era una de las cosas que más me molestaban

domingo, 7 de julio de 2019

Oda a una amistad efímera

En la escritura siempre han existido palabras prohibidas, palabras inefables que, por la complejidad de su significado, resultan imposibles de definir

Hace apenas dos días he caído en que amistad es una de ellas, una de esas dichosas palabras que te hace dar vueltas y vueltas sobre un folio en blanco antes de rendirte ante los sentimientos que estás conllevan

No obstante, si de amigos se trata debe, por no decir tiene, que existir un denominador común entre ellos. Mis limitadas experiencias y la reflexiva forma de ser que me caracteriza se juntan como respuesta para hayar la variable que define la ecuación de la amistad

Porque al igual que el humo de nuestros incontables cafés se condensan en sonrisas nostalgicas, también debe de existir un numerador común al por qué de mis pensamientos

Porque estos sentimientos de añoranza no se pueden justificar con un simple "me cae bien" o "quedamos a menudo" y porque sencillamente tiene que existir una explicación a este mar de emociones que me transmiten tus sonrisas

Porque los recuerdos latentes de dos personas y las palabras camufladas tras una charla ahora son meras memorias de lo que alguna vez fuimos

Porque a pesar de mis esfuerzos, a pesar de la insistencia, a pesar de las escasas discusiones y los silencios que colman nuestra relación, he llegado a la conclusión de que para mantener algo tan insólito como es la amistad hacen falta dos personas

Probablemente ya lo expuse en su momento, pero créeme cuando te digo que si dos personas luchan por una misma causa, cualquier victoria es posible

Y eso es lo que extraño, las victorias que nos unen y los gestos que te contradicen, las miradas confiadas y las bromas que ocultan las verdades presas que nunca, nunca, tendremos el valor de excarcelar